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Noticia - Malware

El Malware está de moda: 317 millones de variantes más

Symantec afirma en su estudio que el número global de amenazas de Malware se encuentra cercano a los 2.000 millones de variantes en todo el mundo.

La firma de seguridad Symantec, en su informe anual "Website Security Threat Report" de 2014 que acaba de publicar a finales del mes pasado, informa sobre las tendencias, la información y los datos relativos a la ciberseguridad y a las #ciberamenazas que acechan en internet a sus usuarios cada periodo en comparación con el anterior. Y de todos los datos aportados, destaca el relativo al #malware y sus variantes: cada año se detectan más variedades de esta ciberconducta.

Frente al aumento de 250.000.000 millones de variantes aproximadamente en todo 2013, en 2014 las modalidades de malware aumentaron en 317.256.956 millones, lo que supuso un incremento del 26% de un año a otro. Con algunas variantes más peligrosas que otras, todas buscan en los sistemas realizar alteraciones en su operatividad que van desde el daño o borrado de datos hasta la toma de control de ese sistema.

Pese a los golpes realizados contra los principales propulsores del malware a nivel global, como el llevado a cabo por Rusia en 2013 con la detención del cibercriminal "Paunch" creador y responsable de la herramienta "blackhole exploit kid" que permitió a los cibercriminales cometer delitos por cantidades contadas en miles de millones de euros, otras variantes ocuparon el puesto de las ya detectadas o solucionadas, como "Snifula""NjRat" "Downloader.ponik" o "Troja.Zbot" disparando las cifras de criminalidad a niveles de récord.

Este aumento se traduce también en un descenso de otras variedades de ciberconductas como el #spam, que baja considerablemente hasta tasas inferiores al 50% de volúmen del total de emails enviados a través de la red. Esto no significa que vaya a desaparecer por completo, pero en la medida en la que se incrementa el coste de entrada en el negocio del spam, bajan los incentivos para realizar este tipo de envios, y los ciberdelincuentes se mueven hacia ciberconductas más fáciles de explotar.