Con la llegada del verano, lo único en lo que pensamos todos es en irnos lejos, desconectar y descansar. Pero desconectar no es la palabra correcta si tenemos en cuenta el constante uso que le damos a nuestros móviles, portátiles, tablets e infinitos dispositivos conectados que se vienen con nosotros a todas partes y nos permiten usar el GPS, buscar restaurantes o alojamientos y hacer fotos y publicarlas en las #redes sociales o enviarlas a amigos o familiares.

Pero para ello, necesitamos conexión a #internet, y es posible que con la tarifa de datos de nuestra compañia no tengamos suficiente. Es por eso por lo que podemos caer en la tentación de conectarnos a redes #WIFI abiertas de aeropuertos, hoteles, restaurantes, centros comerciales u otros lugares que visitemos.

Esta actuación puede parecer inofensiva, pero en realidad está poniendo en peligro los datos personales de todo aquel que se conecte a las redes, ya que acceder a la información de los dispositivos que se conecten a ellas es pan comido para los #ciberdelincuentes.  

Aún más peligroso será cuando no solo nos conectemos para echar un vistazo a las fotos de #Instagram, sino que realicemos compras online o enviemos imágenes o datos importantes. Si algún usuario accede a la red #WIFI pública para realizar compras por #internet e introduce la información de su tarjeta de crédito, ésta podría quedar al descubierto y sería muy fácil acceder a su cuenta bancaria. Lo mismo podrá ocurrir con otro tipo de datos, como contraseñas de plataformas en las que se inicie sesión. Por ello, es muy importante que realicemos nuestras compras mediante la conexión a la red de datos del propio operador móvil.

Pero además de los anteriores, conviene tener en cuenta otros peligros durante nuestras vacaciones. Uno de ellos es la #ciberestafa en webs de reserva de alojamientos. Es cosa de todos los años que se produzcan engaños mediante la publicación de fotos falsas de apartamentos, por los que los usuarios pagan un precio elevado, llevándose después la desagradable sorpresa de que no existen, quedándose sin dinero y sin vacaciones. Por ello, es muy recomendable que nos informemos bien antes de pagar por los alojamientos que reservemos. Además, conviene buscar aquellos que permitan el ingreso del precio una vez se ha llegado al lugar y no con antelación.

No podemos olvidar el gran peligro que siempre nos acompaña pero que en verano se multiplica aún más: el #ciberacoso. Que subamos fotos nuestras en la playa, o en las que aparecan menores o adolescentes, puede atraer ciberdelincuentes que las usen para fines tan peligrosos como la ciberpornografía infantil.

Aunque nos vayamos de vacaciones no podemos olvidar que los peligros siguen existiendo, incluso aún más que el resto del año. Por ello, toda prevención que tomemos nunca estará de más. Las vacaciones son para relajarse, pero no en lo que a #ciberseguridad respecta.